Ruta del Camino de Santiago

Desde hace siglos muchos viajeros llegan a la ciudad de Santiago de Compostela, en la región de Galicia, donde la tradición dice que está la tumba del apóstol Santiago, patrono de España. Es un viaje religioso pero también histórico y cultural.

El Camino de Santiago fue el primer itinerario cultural europeo. Fue declarado así en 1987 por el Consejo de Europa, luego integrado al programa cultural de la Unesco. El topónimo Santiago de Compostela proviene de la leyenda religiosa que asegura que el cuerpo del apóstol Santiago fue descubierto en el siglo IX en un campo luminoso, repleto de estrellas, de campus stellae, en lengua latina. Otros afirman que el cuerpo llegó a Santiago de Compostela por mar, atracando en una balsa de piedra en la localidad de Padrón.
Desde Francia, la ruta es de ochocientos kilómetros, que muchas personas recorren a pie, aunque también se puede hacer en bicicleta o a caballo. Es un Camino repleto de bella naturaleza, de arte románico y de antiguas tradiciones.

El Camino de Santiago es ejemplo del esplendor de la cultura medieval europea y está lleno de iglesias, de monasterios, de castillos y también de albergues para los peregrinos que lo recorren. La ruta sigue «el camino de las estrellas», justamente la misma trayectoria que el sol hace cada día: de este a oeste.
Durante ese trayecto el viajero recorre una parte muy importante de la historia de Europa, desde los valles de los montes Pirineos hasta los ríos de Finisterre, en la parte más occidental de Europa. Allí, muy cerca de Santiago de Compostela, se situaba en la antigüedad el «fin de la tierra», el final del mundo hasta entonces conocido.

El camino milenario tiene diversas etapas para todos los gustos: monumentos, zonas para deportistas y aventureros, y una amplísima oferta gastronómica. A lo largo del camino podemos visitar numerosas iglesias románicas y catedrales góticas, pero también monumentos arqueológicos de la prehistoria como dólmenes y menhires, así como castillos y fortalezas medievales y también los más vanguardistas edificios de este siglo XXI.

Puente la Reina © aherrero

Podremos visitar en esa ruta importantes ciudades españolas como León, Burgos, Oviedo, Lugo y la misma Santiago de Compostela, fin del camino. Todas ellas tienen una importante red de transportes y de establecimientos comerciales para servir al visitante. Y también se puede disfrutar de pequeñas localidades y espacios verdes ejemplo de sostenibilidad ecológica. Las tradiciones de cada localidad forman parte importante de la ruta, como música y bailes tradicionales.
Destaca la gastronomía: vegetales, diversos tipos de carne y de pescado y una legendaria tradición de postres. Todo el Camino de Santiago está lleno de restaurantes donde se ofrecen esos productos y también de hoteles para descansar. Y es que una de las características más importantes de la ruta es la hospitalidad.

Para llegar a Santiago de Compostela hay varias posibilidades. Una es el Camino Francés, que parte de Roncesvalles, en la región de Navarra, en la frontera con Francia. Se llama Camino Francés y tiene 775 kilómetros de longitud y es el más popular. Pasando por lugares como Navarra, La Rioja, Burgos, Palencia, Léon y Lugo.
Otra posibilidad son los Caminos del Norte, de 818 kilómetros, que recorren la costa cantábrica desviándose en Asturias en dos ramales: uno es el llamado “Camino primitivo” y el otro el “Camino de la costa”.
Pero hay muchos más caminos de Santiago: tantos caminos como viajeros.